Starbucks.
Es la cadena de cafeterías más grande del mundo, eso
significa que mucha gente, de distintas culturas, con paladares totalmente
diversos, acepta lo que hacen.
En la ciudad hay dos locales, uno en el shopping “Alto
Rosario” y el otro en el gimnasio “Megatlon”, pero como da a la calle se puede
acceder sin ser socio.
Yo fui fanático de Starbucks desde el principio, inclusive
desde antes que abrieran. Me enteré que la franquicia iba a llegar a Rosario
más o menos unos ocho meses antes, y aunque detesto el concepto yanqui de
servir rápido porquerías comestibles en
bandeja, Starbucks me causaba otras sensaciones, de goloso, de querer probar
azúcar en otras versiones. El saber que iba a poder comprar muffins bien
hechos; galletitas de esas grandes con chispas de chocolate recién horneadas;
bagels, unos panes nórdicos ideales para untar con mucha mermelada casera, y
principalmente la posibilidad de “tunnear” mi café, con un abanico de sabores
dulces adicionales para todos los gustos, me tenía muy ansioso… como a
cualquiera con alma de gordo, mas que de goloso.
Por eso decidí prepararme, para maximizar mi disfrute. Me
metí en la web de Starbucks e hice el test que te dice cual es la mejor opción
para que pruebes de las que ofrecen, según las distintas posibilidades de
combinaciones que vas eligiendo entre, vainilla, chocolate, crema, leche… etc.
A mi me toco el caramel macchiato, así que ya sabía lo que
tenía que pedir en ocho meses. El primer local que abrió fue el del shopping, y
fui a los pocos días de inaugurarse. Como es un lugar chico, habiendo pocas
personas ya parece lleno. Los empleados se corregían y se indicaban que hacer,
“no, $14 vale el expresso” le decía la moza a la cajera, por ejemplo. Estaban
muy confundidos todavía. Pedí el caramel macchiato mediano, me preguntaron mi
nombre, se pasaron el café de mano, escribieron Matías con fibrón, y no pude
evitar que le metieran un líquido transparente y brilloso, igualito al
lubricante que viene con los preservativos, que estaba en una botellita de
plástico, junto a otras, que parecen una muestra de perfumes importados de $30.
Mi bebida la acompañe con una “coockie” de chocolate, un
poco dura, con más gusto a azúcar que a chocolate, y con un muffin de banana
muy rico, húmedo, con gusto a bananas dulces maduras, pero no empalagoso.
Cuando levante la tapa de mi café para ponerle azúcar vi que
sólo lo habían llenado hasta la mitad, un engaño total, imperdonable,
simplemente es una estafa hacer eso. Encima, a mi me habían prometido esto http://www.starbuckcoffee.net/images/starbucks-caramel-macchiato.gif
, una linda taza de cerámica con un café color ámbar, espumoso y coronado con
caramelo tibio. En su lugar me dieron un vaso de cartón, con medio café de mala
calidad, aromatizado con esencia de vainilla repulsiva y caramelo aguachento
que se perdía y no aportaba nada. Una decepción total, ocho meses de ilusión
destrozada.
En el otro local directamente fui a comprar con qué
acompañar el café hecho en mi casa. Probé otras variantes de muffins. El de
chocolate no me gusto, era un mazacote marrón que se empastaba en la boca, con
retrogusto a harina cruda. El de arándanos zafaba, que sea de arándanos frescos
ya es un mérito, y le ponen una buena cantidad. Evidentemente los saben hacer
mejor con frutas. También me pedí un bagel, me lo calentaron y me preguntaron
si lo quería con queso crema o mermelada de frutos rojos. No se dan una idea lo
que fue mi sonrisa cuando escuche “mermelada de frutos rojos”, me imagine
masticando las frutillas, untando las moras y oliendo las cerezas. Resultó ser
uno de esos cuadraditos de plástico horripilantes con jalea hiper azucarada
industrial, me arruinó totalmente mi bagel, que tampoco estaba tan bueno, seco
y áspero.
Bebidas frías a base de café puedo conseguir en Mc Café, en
Havanna y en otros lugares menos conocidos, así que tampoco es algo para destacar.
Para mi, de ahora en más, Starbucks es solamente una tienda de muffins con
fruta, por lo único que vale la pena ir. No se cómo hubiera pensado de
adolescente, pero ya no soy tan boludo como para pagar $15 para que me den un
vaso con mi nombre escrito y ponerme contento porque tiene onda.
la verdad me dejas sin palabras! a mi me gustaaa!
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